Una pareja a la cual el destino quiso unir para ya no separar nunca más. No ha sido fácil, pero han conseguido formar una familia y su historia continúa…
Ser videógrafo de bodas brinda satisfacciones como ésta, poder ser parte de su historia. Un recuerdo que ya forma parte de su legado familiar.
Fotografía: Elena Muñoz
Videógrafo: Manuel Morilla
Sí quiero… pueden ser solo dos palabras, pero pronunciarlas es un acto de amor, de respeto y de unión.
La historia de Rafa y Aría ha sido una de las mayores satisfacciones que esta profesión me ha dado.
Su boda fue un ejemplo de amor, valentía y sinceridad. Unieron sus vidas rodeados de lo más importante para ellos, familia y amigos, sobre todo de sus padres, un ejemplo para ellos.
Conocer y compartir un rato con Inma, es contagiarte de toda su energía, vitalidad, positivismo… Irradia felicidad y alegría, es por eso que su vídeo de boda no podía ser menos. Esa es La Luz de la que nos habla Rubén, esa Luz por la que cualquier momento a su lado se convierte en especial.
La ilusión de volver a un lugar que ha sido parte de ti a lo largo de tu vida, imprimiéndote un carácter, una forma de ser, donde has vivido y compartido mil y una vivencias cuando niña, y vuelves para sumar una historia más que contar, esa historia que imaginabas cuando niña.
Nos conocimos el año antes, en la boda de la hermana de Lucía, desde aquel día noté una conexión especial con ellos, su familia y sus amigos, que hace que todo sea más sencillo, más natural y auténtico. Sin lugar a dudas, magníficas personas que calan en uno.
